Se trata de un paciente de cuarentaymuchos años que consulta en nuestro centro por cuadro agudo de desmotivación, desánimo y apatía. El sujeto asocia dicho síntomas a sensaciones de culpa tras la cancelación de una campaña rolera que llevaba dirigiendo más de 12 meses.
Como antecedentes de interés presentaba exposición crónica a temas frikis y consumo de rol intermitente de los años 90, con una fuerte recaída hace unos 6 años. Hábitos tóxicos moderados en su juventud, con escasas secuelas pese a todo.
Añadir también que el paciente mostraba claras tendencias de compra compulsiva de material rolero, relacionado con una posible variante de Síndrome de Diógenes, y evidencia de Enfermedad del Mecenas Crónica.
Analizando las posibles causas del desencadenante iniciamos conversaciones con el sujeto con el objetivo de identificar los elementos desestabilizadores que llevaron a la cancelación de la campaña. Las circunstancias sobre horario y temas diversos de «Adulting» de varios de los jugadores parecían ser las causas objetivas principales de la cancelación. No obstante, con las premisas de disponer de una mesa de jugadores y jugadoras excepcional, con buena sinergia y compromiso, y una campaña de investigación original, que gozaba de buenas tramas para animar la continuación, el director achacaba el fracaso a su propia incompetencia como director de juego.
Las pruebas complementarias no arrojaron más datos clínicos, salvo una evidente bradipsiquia inducida probablemente por falta de sueño, alteraciones visuales inducidas por la pintura de miniaturas y signos de dependencia a alguna red social. Continuaba el consumo de rol semanal de forma on-line, esta vez como jugador, con buena tolerancia y sin que esto pareciera agudizar su dolencia.
Con la información recogida, el paciente fue finalmente clasificado como Síndrome Agudo de Desmotivación Rolera tras descartar enfermedad por efecto Mercer. Aclarar que el sujeto no disponía de suficientes habilidades idiomáticas para seguir Critical Role, lo que seguramente podría haber agravado el cuadro.
Revisando bibliografía sobre el tema pudimos comprobar, por series reportadas de otros centros, que el pronóstico era en la mayoría de casos infausto. Con posibilidades altas de abandono definitivo de la afición. En casos leves se producía sólo un abandono parcial, pero el sujeto no abordaba la dirección de juego nunca más.
Ante la evolución crítica del paciente, y tras barajar varias opciones, se decide optar por terapia de exposición de choque usando dosis altas de Harpercina. Este fármaco posee un biodiseño muy detallado, con alta biodisponibilidad, cinética de muy buen ritmo y una aplicabilidad sencilla, sin apenas necesidad de preparación previa.
El sujeto, además, presentaba antecedentes de contacto con el fármaco, con buena tolerancia y sin efectos adversos.
Se barajaron las posibles vías de administración, pensando inicialmente en la vía On-line, pero el curso clínico acelerado obligó a maximizar la terapia de choque y se optó por forma presencial, en jornadas y con mesa de jugadores no conocidos.
Se aplicó un derivado de primera generación de Harpercina llamado Lady Blackbird, que por experiencia funciona mejor en sujetos añosos acostumbrados a sistemas clásicos. Se descartó en este caso el uso de Blades in the Dark y Agon, principios efectivos, pero más complejos.
La infusión se realizó en el transcurso de unas 3 horas aproximadamente, con buen ritmo, tolerancia y signos de mejoría inmediatos.
Para evitar efecto rebote y fases de excitación posterior (y también para poner a prueba la efectividad del tratamiento) se decidió aplicar una dosis de La Llamada Cthulhu una horas después. Los resultados fueron positivos en nuestro caso y no se mostraron signos de recaída.
A día de hoy, el paciente permanece estable, y aunque no se plantee por el momento dirigir una campaña, no lo desecha en un futuro próximo.
CONCLUSIONES
La terapia con Harpercina ha demostrado su efecto beneficioso sobre pacientes diagnosticados de Síndrome de Desmotivación Rolera y en algunos casos de Enfermedad de Mercer y Síndrome Desorganizativo de Pantalla de DJ.
No obstante, los resultados varían en función de la flexibilidad y adaptabilidad de los individuos, siendo factores de riesgo la edad y la dependencia personal de uso de miniaturas y mapas.
Un grupo especialmente resistente a la terapia se ha visto entre los jugadores de Rolemaster, notificándose ataques de pánico cuando se retiraban la pantalla y las tablas.
Son necesarios nuevos ensayos clínicos para determinar terapias alternativas en estos casos y medir el alcance de la Harpercina en otras patologías.

RECOMENDACIONES SOBRE LA POSOLOGÍA DE HARPERCINA – LADY BLACKBIRD
La preparación previa del tratamiento es prácticamente inexistente. Y las instrucciones de uso pueden parecer escasas e insuficientes a los sujetos en sus primeros tratamientos. Se insiste en tranquilizar al paciente y asegurarle que el exquisito diseño de la Harpercina funcionará pese a todo.
Es aconsejable que, previamente al comienzo de la infusión, se establezca un periodo de premedicación de entre 30-45 minutos en el cual los jugadores puedan describir libremente sus personajes y establezcan los vínculos y pasiones entre ellos. La Harpercina consigue sinergia perfecta en estos casos gracias a unos personajes pregenerados flexibles pero muy bien perfilados, en base a unos pequeños conceptos y claves que ayudan especialmente a los jugadores, y también un sistema de preguntas guiado por el director de juego que consiguen llevar pronto un estado confort óptimo.
Es importante hacer notar el estilo de historia que inspira la Harpercina, totalmente narrativo y con expresión al máximo de los conceptos de aventura, fantasía y pasiones como amor, lealtad, amistad o deseo de venganza. Se desaconseja totalmente el uso concomitante de miniaturas, tokens o mapas y, en especial, de actitudes simulacionistas.
No obstante, especialmente en los casos graves de Síndrome de Desorganización de Pantalla de DJ, se aconseja usar tokens o dados de diferentes colores para formar la reserva de cada jugador y evitar confusión y errores con el baile de tiradas.
Se han visto mejores efectos de la Harpercina en directores que no dicen nunca “No” a las propuestas de los jugadores de la mesa. Por lo que desde nuestro grupo recomendamos encarecidamente esta forma de administración.
El uso simultáneo de música puede conseguir una gran sinergia con el efecto de la Harpercina. Nosotros recomendamos un uso racional. En nuestro caso se usó una variedad de opciones entre las BSO de Stardust, Avatar, Alice in Wonderland. No obstante, aconsejamos adaptar este uso a las características de cada paciente.
Aunque los efectos máximos de la Harpercina se objetivan tras la primera administración, algunos expertos deciden alargar el periodo de tratamiento a más sesiones, incluso a campañas. Los resultados son muy variables, pero parece aceptarse por consenso que es frecuente una reducción progresiva del efecto beneficioso a lo largo del tiempo. No hay que responsabilizar al paciente de este problema y se debe abandonar el tratamiento de forma precoz si se experimentan estos efectos.

Carta al editor:
Desde el hospital universitario Amo de la Memoria desaconsejamos el uso indiscriminado de la harpercina en pacientes con síndromes subclínicos y en cualquier caso, recomendamos probar antes con tratamientos tradicionales no farmacológicos.
Se ha observado gran dificultad para recuperar la narración verosímil y la tacticidad en algunos pacientes, y otros han tenido que dejar el tratamiento urgentemente con altas dosis de simulacionismo de rescate.
Comprendemos la facilidad en el manejo, pero avisamos de la necesidad de limitar esta terapia que no es sino paliativa: uno de los objetivos clínicos debe ser siempre la recuperación completa de las capacidades anteriores.
Volvemos a recordar lo importante de una dieta de rol bien equilibrada, con dados de todos los tipos y hojas de personaje más y menos complejas, y retomar el ejercicio del rol, que aunque a veces cueste, es la solución óptima para su hígado y el de mucha gente alérgica a estos tratamientos de moléculas simples.
Los autores de esta carta no presentamos ningún conflicto de intereses con el tema tratado, salvo las malas experiencias con fármacos anunciados como panaceas.
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Me ha encantado el artículo xD.
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